El principal secreto de una boca sana, salvando la predisposición genética o mala posición dentaria, es un CORRECTO cepillado.
Cepillarse los dientes tres veces al día no siempre es suficiente para mantener la boca sana, y normalmente es por no saber hacerlo correctamente. Aunque todos pensamos que cepillarse los dientes es una tarea fácil y la realizamos de forma rutinaria, si no usamos una técnica correcta los resultados no serán los deseados y esto puede desmotivarnos y dejar de esforzarnos en el cuidado de la boca.
Por otra parte, el cepillado es solo una parte de la higiene bucal, es recomendable y en muchos casos necesario el uso de hilo dental o cepillos interproximales para un limpieza completa de los dientes. Y por último, cepillado de la lengua y el uso de enjuagues o colutorios específicos para cada caso (sensibilidad, gingivitis,…), aunque en menor medida, ayuda a la sensación total de higiene y salud bucodental.
Cuando hablamos de cepillado dental hay que diferenciar la técnica utilizada cuando se emplea un cepillo eléctrico y cuando la limpieza diaria se realiza con cepillo manual.
La opción más recomendable es el cepillo eléctrico recargable, pero ello supone un gasto económico mayor ya que hay invertir en un cepillo con potencia suficiente y sustituir los cabezales con regularidad con un precio más elevado que el cepillo manual tradicional.
En ambos casos el cepillado debe durar de 2 a 3 minutos en total, siempre se realizará con la boca entreabierta para no estar pasando la suciedad de arriba abajo y viceversa y sobretodo es primordial seguir un orden para no saltarnos ninguna zona ni dejar espacios sin cepillar. Adaptaremos la posición del cabezal del cepillo a la forma de cada diente, ya que las muelas y premolares son más redondeados y los incisivos tienen una forma más plana. Nosotros recomendamos empezar por la cara exterior de la ultima muela arriba a la derecha e ir avanzando diente a diente hasta la muela final del lado izquierdo. Al llegar ahí, volveremos por la parte interior de izquierda a derecha. A continuación, repetiremos el mismo proceso en los dientes inferiores, para terminar cepillando las caras masticatorias de premolares y molares.
En el caso del cepillado eléctrico el cabezal debe situarse perpendicular al diente de modo que al realizar una mínima presión los filamentos penetren ligeramente entre la encía y el diente. Iremos cepillando cada diente de 3 a 4 segundos cada uno pasando de uno a otro sin despegar nunca el cabezal de la superficie de los dientes y sin hacer movimientos horizontales ni verticales.
En el caso del cepillado manual, al contrario que con el eléctrico, lo importante es el giro de muñeca para que las cerdas del cepillo arrastren la mayor cantidad de placa bacteriana depositada en lo dientes. Colocaremos en cepillo inclinado, en angulo de 45 grados aproximadamente, e iremos barriendo siempre desde el borde de la encía hacia el borde del diente. Es importante visualizar que la parte central del cabezal es la que esté limpiando el diente que queremos cepillar en cada momento y que el resto de filamentos van repasando los dientes adyacente.
Repetiremos estos movimientos en la cara exterior así como en la interior cuidandonos de separar bien las mejillas al cepillar la zona de los molares manteniendo la boca entreabierta ya que al abrir demasiado los labios estarán más tirantes dificultando el cepillado y al relajar un poco nos dará más elasticidad de los tejidos favoreciendo la colocación y el movimiento del cepillo. Del mismo modo hay que vigilar que en los dientes de la parte delantera el labio no nos impida cepillar la encía por muy abajo que quede la inserción del diente.
Siguiendo estos consejos y visitando dos veces al año a nuestro dentista, conseguiremos una boca limpia y sana.