En una entrada anterior de este mismo blog, os hablábamos de las carillas de composite como opción restauradora estética para dientes anteriores, en esta ocasión vamos un paso más allá y os presentamos las carillas de cerámica.
Si bien es cierto que tradicionalmente este tipo de carillas precisaba un mayor grado de tallado del diente con respecto a las carillas de composite, el avance de las tecnologías y los nuevos métodos de trabajo en odontología han favorecido que actualmente se puedan realizar con una preparación mínimamente invasiva y con un resultado final que gana mucho en brillo, luminosidad y durabilidad al realizarlas en cerámica.
Este tipo de material se recomienda especialmente en trabajos que afectan a un gran numero de dientes como cuando se quiere restaurar todo el sector anterior, o bien cuando el color del diente natural es muy oscuro o desigual y se pretender lograr un aclaramiento general de la sonrisa; también es la elección ideal cuando hay dientes muy tratados con endodoncias previas o grandes reconstrucciones y cuando ya hay otras prótesis de cerámica en los dientes de alrededor.
Previamente al inicio del tratamiento, realizamos un diseño totalmente personalizado de la sonrisa mediante encerados, obteniendo un resultado predecible y duradero para la máxima satisfacción del paciente.
Como este procedimiento requiere a elaboración de las carillas en un laboratorio protésico externo a la clínica dental, para no perder estética durante el periodo de preparación de las mismas, al paciente se le colocan unas carillas provisionales. Estos provisionales ayudan al paciente a adaptarse al nuevo tamaño y color de las carillas definitivas y sirven al dentista de referencia para determinar las preferencias del paciente con respecto a la forma final y color de las carillas definitivas incluso corregir pequeñas alteraciones de posición de las mismas.
